Quemando esperanzas

Realmente me he quedado indignada por la ineptitud e indolencia de la gente. A los ya conocidos robos de donaciones destinadas para los damnificados del terremoto del año pasado se suma el deterioro de donaciones debido a las demoras por el "desaduanaje" en el Puerto del Callao.

Parece increíble que donaciones enviadas desde Miami en octubre del año pasado recién fueran desaduanadas el 17 de marzo. Para sorpresa de muchos casi el 80% de su contenido (ropa y alimentos) se encontraba en estado de descomposición. Y no hubo más remedio que incinerar las casi 22 toneladas de frazadas y alimentos el 26 de marzo.

¿Podemos darnos el lujo de dejar malograr las donaciones? ¿Cómo se puede ser tan indolente con el dolor del prójimo?

Definitivamente el Sr. James Atkins, director del Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) de Lima y Callao tiene mucho que aclarar.

Esperemos que las funciones del Indeci como: “Brindar atención de emergencia proporcionando apoyo inmediato a la población afectada por desastres” no se queden en el tintero.